Por Alicia Almárcegui
En la Edad Moderna, las plazas y calles más concurridas de Andalucía se llenaban de pliegos sueltos vendidos por ciegos cantores, que llamaban la atención de los compradores relatando sucesos extraordinarios protagonizados por piratas, bandoleros, amantes y santos. Los pliegos, también conocidos como relaciones de sucesos, estaban impresos sin encuadernar y se exhibían en tendederos ambulantes de cuerdas. Inmaculada Casas Delgado se fascinó por estos periódicos populares y decidió investigar sobre ellos, en concreto sobre los publicados entre los siglos XVIII y XIX. Su tesis, Ecos de modernidad y paneuropeísmo en la literatura de cordel española (1750-1850). Catalogación y análisis del Fondo Hazañas, ha sido galardonada con el tercer premio Tesis 2017 del Centro de Estudios Andaluces. Antes de marcharse a Cambridge, donde va a realizar una estancia postdoctoral con una beca concedida por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, nos da algunas de las claves de esta literatura tan fabulosa como poco conocida.
P. ¿Cómo se creó y qué contiene el Fondo Hazañas que usted investiga en profundidad en su tesis y que hasta ahora había sido muy poco conocido?
R. En 1925 el profesor hispalense Joaquín Hazañas y la Rúa (1862-1935) donó su biblioteca a la Universidad de Sevilla "para provecho de la juventud escolar", según sus propias palabras. El Fondo Hazañas, conservado hoy en la Biblioteca de Humanidades, contiene aproximadamente unos 9.000 ejemplares, publicados entre los siglos XVII y XX, principalmente, aunque también hay textos anteriores a esa fecha como los incunables Diui Bernardi abbatis ad sororem (1492) y Deuotissime B. Bonauenture cardinalis meditationes (1497). Llama la atención la variedad en las obras de esta colección, tanto lingüística (latín, español, francés, inglés, alemán, italiano...) como de formato, pudiendo encontrar desde folletos y pequeños devocionarios hasta grandes atlas y diccionarios. La diversidad de este archivo coincide con la ecléctica personalidad de su propietario, quien mostró interés por toda clase de asuntos (lengua, arte, literatura, historia, derecho, religión...).
P. ¿Por qué se interesó usted en este fondo? ¿Cómo supo de su existencia y qué es lo que le fascinó de él?
R. Joaquín Hazañas atesoró más de un millar de pliegos sueltos, que constituyen una de las colecciones de literatura de cordel más importantes de España. Son ejemplares que destacan por su heterogeneidad, tanto cronológica (XVII-XX), como de procedencia (talleres de Sevilla, Córdoba, Madrid, Valencia, Valladolid...) y temática (religiosos, novelescos, burlescos...). A pesar de su valor, pocos sabían de la existencia de estos impresos, que habían quedado relegados sin catalogación en una serie de cajas de "varios" durante décadas. Afortunadamente, la doctora Carmen Espejo Cala tuvo noticias de este fondo y me propuso catalogar y digitalizar las relaciones de sucesos allí conservadas, junto con otros alumnos internos en 2011. Esta labor me permitió tener acceso a testimonios sobre la mentalidad de nuestros antepasados, pues al estudiar la literatura de cordel, que fue uno de los géneros editoriales más consumidos de la época, podemos aproximarnos a los gustos de la población humilde de entonces. La necesidad de revalorizar el Fondo Hazañas y la peculiaridad de la literatura de cordel como altavoz de aquellas personas que fueron silenciadas por la clase hegemónica fueron los motivos fundamentales que me animaron a realizar mi tesis doctoral sobre la literatura popular que preservó este bibliófilo andaluz.
P. Ha estudiado 891 pliegos sueltos del citado Fondo impresos en su mayoría en Sevilla y Córdoba entre 1750 y 1850. ¿Qué tipo de informaciones y romances contiene esa literatura de cordel? ¿Qué temas trataban? ¿Cuál era su formato y extensión?
R. Son textos de diversa temática, que alternaban las narraciones ficticias y las reales. Historias medievales sobre Carlomagno o la doncella Teodor, de bandoleros como Francisco Esteban, relatos de cautivos y renegados, de mujeres osadas, satíricos contra Napoleón o Espartero, burlescos, devotos o noticieros sobre el terremoto de Lisboa (1755) o la Guerra de la Independencia, por ejemplo. Estos impresos ejercieron una relevante función informativa y de entretenimiento durante siglos. Son de escasa extensión, entre 4 y 16 páginas, y bajo precio, dada la mala calidad de los materiales empleados en su producción.
P. Esta subliteratura o literatura "de los de abajo" ¿era también un espacio de disidencia, de rebeldía, de resistencia a la moral tradicional y coercitiva de la época?
R. La temática y tratamiento de algunos asuntos en la literatura de cordel pone en cuestionamiento algunos perjuicios sobre nuestro pasado como el férreo conservadurismo y religiosidad de la población humilde andaluza. Sirvan de muestra los romances sobre heroínas díscolas y valientes, que desafían el estereotipo clásico de la fémina sumisa e inocente. Aunque la narración lo plantee como un caso que debe ser castigado, pues al final se restituye el poder patriarcal, el valor de estas historias podría residir en su capacidad para inspirar a algunas lectoras a realizar acciones excepcionales en la vida real. Es más, resultan bastante significativas las reiteradas denuncias de la élite por la mala influencia que ejercían los impresos de temática bandolera sobre mentes ingenuas. En otras palabras, no niego el conservadurismo intrínseco en muchas de estas composiciones, pero reclamo prestar atención a esas lecturas emancipadas que podían darse.
P. Usted habla de una gran familia de impresores cordobeses, los García Rodríguez. ¿Nos puede dar más datos?
R. El taller de la saga de los García Rodríguez (fl. 1740-1938) estaba situado en la calle Librería -actual San Fernando- y fue uno de los más fecundos de literatura popular de los siglos XVIII y XIX en España y cuna del Diario de Córdoba (1849-1938). A lo largo de más de dos centurias se vendieron por todo el país millares de ejemplares firmados por esta familia. De hecho, he podido contabilizar 344 títulos de romances impresos en ese taller. Son cinco generaciones, desde el patriarca Diego Luis García Rodríguez (1712-1767) hasta sus tataranietos los hermanos García Lovera. Rafael García Rodríguez (17¿?-1844) fue el tercero en este árbol genealógico y ejerció en dicha empresa durante casi 40 años (1805-1844). Su taller ostentaba el título de Imprenta Real, honor que había heredado de su padre, Juan García Rodríguez de la Torre (1736-1804).
P. En una sociedad como la de los siglos XVIII y XIX, marcada por las altas tasas de analfabetismo en las clases populares ¿Cómo era la lectura de esos pliegos destinados precisamente a ser consumidos por los más humildes? ¿Colectiva, individual, privada, pública?
R. Mientras que la lectura de los libros era un placer mayoritariamente íntimo y privado, la de la literatura de cordel era colectiva y pública. Se disfrutaba sobre todo en la calle con la música y el rumor del público expectante, que se arremolinaba alrededor del vendedor-cantor. Teniendo en cuenta el bullicio ensordecedor de las calles, la distribución de pliegos de cordel trasciende los límites de lo escrito para atraer la atención de los compradores mediante la voz del vendedor.
P. ¿Queda mucho aún por investigar y catalogar sobre la literatura de cordel y las relaciones de sucesos?
R. Hay un largo camino por recorrer en la investigación sobre la literatura de cordel, porque es un asunto que ha sido despreciado durante mucho tiempo. Asimismo, nos brinda muchas líneas de investigación sobre impresores, lectores, vendedores, temáticas... Es más, estudiar la literatura popular hoy en día es pertinente dada la afortunada coincidencia del renacer científico-divulgativo que han experimentado los pliegos de cordel en los últimos años, mediante todo tipo de iniciativas en toda Europa.
P. Una vez leída y defendida la tesis, ¿en qué anda metida ahora? ¿Sigue investigando en Andalucía?
R. Actualmente estoy realizando una estancia postdoctoral de 10 meses en la Cambridge University Library, gracias a una beca concedida por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Allí trabajo en el proyecto internacional "Literatura de cordel: Mapping pliegos", dirigido por Alison Sinclair (University of Cambridge), Pura Fernández (CCHS-CSIC) y Juan Gomis (Universidad Católica de Valencia). Es una gran oportunidad, que espero me permita regresar a Andalucía como docente e investigadora y aportar en mi tierra lo aprendido allí.
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