Desde la antropología se considera el arte como parte del complejo sistema cultural, dotado de importantes significados sociales y en estrecha vinculación con el modelo de organización social, económico y político. Esta consideración implica que el arte sea altamente sensible a los fenómenos de cambio social y, a su vez, se defina como expresión de los mismos. La investigadora del Centro de Estudios Andaluces, Elena Sacchetti, sostiene en este trabajo que el arte es todavía un campo poco explorado a través del cual se puede acceder a las ideas, tensiones, normas y valores de un colectivo en una determinada época histórica.
La producción artística se muestra como un ámbito potencialmente rico para el análisis antropológico de la cultura de un grupo, para el estudio de sus tendencias y procesos de cambio. Los cambios en las técnicas de representación y en los sujetos centrales de las creaciones de los artistas contemporáneos sitúan en un lugar destacado el cuerpo humano. El trabajo de Sacchetti propone la representación del cuerpo como punto de encuentro entre ambas disciplinas, dos formas de observar e interpretar la realidad.
La investigadora presenta primero una aproximación general al concepto “arte”, reflexionando sobre sus raíces, significados y funciones, vinculando la producción artística y los fenómenos sociales, para hacer después una revisión de las distintas aproximaciones de la antropología al arte en diferentes etapas históricas, “un terreno todavía escasamente recorrido”.
Las aproximaciones iniciales desde la antropología a la producción artística, a finales del siglo XIX, se focalizaron en el llamado “arte primitivo” o “arte etnográfico”. Éste despertaba interés como fuente de información acerca del hombre, considerado, desde una perspectiva evolucionista, en una primera etapa de la cultura humana. Ya en primera mitad del siglo XX, se produce un nuevo acercamiento al arte como lenguaje simbólico, dotado de un significante y un significado. Las diferentes expresiones artísticas se perciben como “textos” para descifrar la sociedad contemporánea.
Las nuevas problemáticas sociales que afectaron a las últimas décadas del siglo XX (el impacto de los acontecimientos globales y la emergencia de los localismos, la crisis del Estado del Bienestar, etc.) y los nuevos paradigmas científicos derivados fundamentalmente del pensamiento posmodernista fomentaron nuevos y deferentes puntos de vista.
Los desarrollos antropológicos actuales, según Sacchetti, reclaman una exploración más atenta a la relación entre arte y vida: el proceso de construcción de los valores artísticos no puede ser entendido como separado de los condicionamientos sociales, económicos y políticos (valor estético y monetario resultan imbricados). A partir de este punto y centrándose en las expresiones artísticas contemporáneas, Sacchetti propone un encuentro entre arte y antropología a través de la reproducción o la figuración artística del cuerpo.
El cuerpo humano como lugar de encuentro entre arte y antropología
Desde la primera mitad del siglo XX, diferentes manifestaciones artísticas se sirven del cuerpo como potencial expresivo: la performance, el body art, el happening, las instalaciones, la fotografía o el vídeo arte.
La autora identifica una “influencia decisiva” sobre la representación del cuerpo en la actualidad por parte del arte feminista, desarrollado desde finales de la década de los sesenta como contestación a la construcción histórica del cuerpo de la mujer en función del imaginario masculino dominante. El cuerpo humano se convierte en el punto de arranque de una reflexión desde el arte hacia la esfera de lo social; se hace obra, discurso y medio de denuncia y de protesta.
Sacchetti destaca especialmente los trabajos de artistas norteamericanas como Barbara Kruger, Cindy Sherman o Nan Goldin, a partir de los años 80, cuando se acentúa en la producción artística el análisis de la realidad coincidiendo con el agravamiento de ciertos problemas sociales relacionados con el proceso de globalización económica. En España la influencia extranjera se hace especialmente patente en Andalucía, desde donde artistas como Pilar Albarracín, Carmen Sigler o Ángeles Agrela han generado obras con alto contenido de crítica social.
Este nuevo tipo de trabajo artístico se acerca a las aproximaciones antropológicas recientes al cuerpo, como conductor de significados sociales y vehículo de acción social. Desde perspectivas distintas, antropología y arte se aproximan al cuerpo humano considerándolo como área de reflexión en torno al género, aspectos culturales o factores identitarios. El arte es una forma de lectura antropológica de la realidad social; “una plataforma fértil para el estudio de los fenómenos de cambio social”, sin embargo, queda pendiente, según Sacchetti, “investigar el alcance y la dirección de estos cambios”.
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