¿Cómo percibe la ciudadanía andaluza la calidad de vida de su Comunidad? ¿Qué creen que es lo fundamental para que haya bienestar en la Comunidad Autónoma? ¿Es lo andaluz un sentimiento o una conciencia? ¿Qué valoración tienen sobre esa identidad en relación con los acontecimientos aparecidos durante las últimas décadas?
Estas son algunas de las cuestiones a las que responde este estudio sociológico que parte de los resultados del informe Sentimiento e identidad andaluza presentado por la Fundación CENTRA en julio de 2002, y que confronta sus hallazgos actualizándose con los cambios de las últimas dos décadas, especialmente los cambios acaecidos en este último año debido a la crisis sanitaria del COVID-19.
Este trabajo ha sido realizado por un equipo de investigación del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de Andalucía dirigido por el sociólogo Jaime Andréu Abela. A partir de los Barómetros Andaluces y la última encuesta realizada sobre Identidad Andaluza el 28 de febrero de 2021, los estudios sobre Sentimiento e Identidad Andaluza en 2002 y 2009 y Descodificando la Agenda Pública del Coronavirus COVID-19 en Andalucía en 2020 realizados para la Fundación Centro de Estudios Andaluces (CENTRA), los investigadores profundizan en las valoraciones que las andaluzas y los andaluces tienen sobre su calidad de vida, la política, la economía y las principales problemáticas que les afectan.
El estudio destaca que hay que tener en cuenta que “cuando hablamos de identidad andaluza, estamos hablando de una identidad basada en la diversidad cultural, donde prima sobre todo lo local”. Así, las personas andaluzas “reconocen que Andalucía tiene una serie de rasgos culturales como el acento, el estilo de vida, la forma de relacionarse, pero la sitúan más a nivel provincial” y en este caso “la pandemia nos ha llevado hacia nuestros entornos más cercanos y que esta percepción cambie cuando cambie el escenario, pero la vuelta a las raíces y sobre todo valorar los más cercano a nosotros si es un factor central que aprecian todos los entrevistados sin excepción”.
Con respecto a los símbolos, el estudio concluye que para la ciudadanía andaluza “no hay diferencia entre que la bandera sea andaluza o española” y consideran que “es un problema identificar la bandera ideológicamente y no culturalmente, y que estos símbolos en estos momentos desunen más que unen”.
En este sentido, creen que “expresar en público el sentimiento de sentirse andaluz no es un problema, pero sí el expresar el sentimiento de sentirse español para muchas de las personas entrevistadas”. Asimismo, la mayoría están disconformes con la centralización administrativa tanto en Andalucía como en España y todos piensan que hay que reforzar lo local y no creen que haya una identidad europea.
Según el estudio, esos niveles identitarios lo trasladan a la política, “apreciando la política local, la política cercana, la política del día a día, la que les resuelve los problemas y, sobre todo, con la que pueden interaccionar de una forma más personalizada”. El rechazo hacia la política aumenta conforme la tienen más lejana, no creen que resuelvan sus problemas del día.
Por último, el trabajo hace referencia al alto concepto de calidad de vida basado sobre todo en las relaciones sociales, que, aunque se han visto mermadas por los estados de alarma de la pandemia, la ciudadanía andaluza lo sigue valorando como su principal factor identitario.
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