Hace ahora 425 años, nacía en Roma don Gaspar de Guzmán y Pimentel, conde-duque de Olivares, uno de los personajes más importantes de la historia de España. Pese a haber nacido en Italia, donde su padre ejercía de embajador de Felipe II ante el Papa, Olivares siempre se consideró “hijo de Sevilla”, ya que en Andalucía se asentaban sus orígenes, linajes y señoríos. Gran valido de Felipe IV, Olivares jugó un papel fundamental en la Europa de la primera mitad del siglo XVII, un tiempo complejo y de gran conflictividad internacional que se saldó con la pérdida de la hegemonía hispánica. Querido y odiado a partes iguales, tanto por sus contemporáneos como por quienes vivieron en las centurias posteriores a su muerte, nadie duda, sin embargo, de su talla como estadista.
Menos conocida es, no obstante, su labor cultural. Aficionado a los libros, la poesía y la pintura, gran mecenas de las artes y las letras, Olivares reunió una magnífica biblioteca, promocionó a Velázquez en la corte, se rodeó de un buen número de literatos e intelectuales, apoyó a la universidad y creó el teatro de comedias más afamado del Siglo de Oro. El último número de la revista ‘Andalucía en la Historia’ incide precisamente en esta otra faceta oculta del conde-duque. Coordinado por el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Sevilla, Carlos Alberto González Sánchez, el dosier de la revista, que lleva por título ‘El otro conde-duque, el mecenazgo cultural de Olivares’, ahonda en los avatares intelectuales y culturales del valido, contribuyendo a forjar una imagen diferente de un personaje que, a menudo, ha sido sesgada por los tópicos.
El dosier cuenta con las firmas de otros cuatro expertos en la materia. El primero de ellos es el profesor Antonio Feros, de la Universidad de Pensilvania, autor en las páginas de la revista de una breve biografía política y humana del estadista. En segundo lugar, Juan Montero Delgado, profesor de Literatura de la Universidad de Sevilla, ofrece un breve recorrido por los escritores que, como Francisco de Rioja, Juan de Fonseca y Figueroa, Juan de Jáuregui, Juan Antonio de Vera y Góngora, buscaron el mecenazgo de Olivares, primero durante su estancia en Sevilla (1607-1615) y, más tarde, acompañándolo en su labor en la corte madrileña.
El investigador José Antonio Ollero Pina, de la Universidad Hispalense, escribe acerca de la privilegiada relación que Olivares mantuvo con el Colegio Santa María de Jesús, centro matriz de la Universidad de Sevilla. Por su parte, Jeremy Roe, de la Universidad de Nottingham, recorre todos los magníficos retratos que Velázquez, a la sazón pintor real, realizó de Olivares, recordando que de hecho, el autor de ‘Las meninas’ fue el único pintor español que tuvo privilegios para retratar al valido.
Por último, el coordinador del dosier, Carlos Alberto González Sánchez, se adentra en la magnífica biblioteca de Olivares, que llegó a sumar 2.700 libros impresos y 1.400 manuscritos, colección que según la voluntad del conde-duque debió reposar en el Alcázar de Sevilla pero que, por diversos avatares, terminó dispersa en colecciones de todo el mundo. Afortunadamente, el Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla atesora una buena muestra de esta biblioteca, compuesta por 86 impresos (algunos de ellos incunables) y un curioso manuscrito en griego de Demóstenes. El análisis de esta colección, que llegó a la Universidad Hispalense a consecuencia del proceso desamortizador, permite hacer una buena radiografía de lo que fueron los gustos de don Gaspar: libros científico-técnicos, obras de historia, clásicos, tratados jurídicos, libros de viaje e incluso obras prohibidas (ya que tenía licencia especial de la Inquisición para leerlas) pero, paradójicamente, escasa presencia de libros religiosos.
Para cerrar el apartado dedicado al conde-duque ‘Andalucía en la Historia’ publica un artículo del director del Archivo General de Andalucía, Joaquín Rodríguez Mateos, quien, merced a un documento recientemente adquirido, ofrece nuevas claves sobre la fallida trama de 1641 que buscó sublevar Andalucía contra Felipe IV y su valido, el conde-duque de Olivares, trama conocida como la conjura del duque de Medina Sidonia.
En sus apartados de artículos y secciones fijas ‘Andalucía en la Historia’ ofrece una lectura sobre la divinización de los gobernantes romanos de la Bética (por José Antonio Garriguet); las Hazas de Suerte de Vejer y Barbate (Alberto Bernabé Salgueiro); la batalla de Castillejos contra las tropas napoleónicas (Antonio Mira, Juan Villegas y Antonio Suardíaz); el primer museo de la Inquisición de Sevilla (Doris Moreno Martínez); la estancia baezana de Antonio Machado (Marina Alfonso Mola); el cultivo del arroz en las marismas del Guadalquivir (Jorge Molina); el periodista José Nakens (Ana Muiña); una entrevista con la historiadora Enriqueta Vila Vilar; una visión actualizada del grupo de música Triana (José Mendoza Ponce) y un recorrido por Andalucía en la crisis del 98 (Valeriano Sánchez Ramos), así como sus habituales secciones de agenda y critica de libros.
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